Subir y bajar se torna cansado, mantener el ánimo cuesta trabajo y se agotan las ideas. Me invité a pasar un día para mi y disfrutar del clima de octubre, me dí tiempo para pasear en el parque y leer al aire libre acompañada de un buen trozo de pastel, en el camino de regreso me topé con un puesto de juguetes y aproveche la oportunidad para conocer algunos, hay aquellos que funcionan de manera sutil pero logran sacar una sonrisa, otros muy sencillos en su estructura y función que más que divertir relajan, los que exigen una cierta concentración y destreza ayudan a despejar la mente, son mis favoritos.
Salir a caminar ayuda, parece que se atrofia la capacidad de emocionarnos, de sentir, de disfrutar, parece que debe ejercitarse recordando que debemos reír, que es agradable bailar, que nos gusta jugar; despejar las preocupaciones y buscar maneras, nos tranquiliza... caminar ayuda.
