jueves, 30 de diciembre de 2021

Cuidados de corazón. Bienvenido año nuevo.

Con sinceridad les comparto que éste fin de año me ha resultado más duro que el anterior, me atacó una fuerte melancolía. Y es que sí, extraño mucho a mi papá y reconozco que no soy la única con pérdidas recientes, pero además unos pocos meses atrás, padecía un periodo de desesperanza y mucho coraje. Hoy sé que la medicina fué el cariño. El que me ofrecen y el que me brota. Ese cariño que transformó mis emociones en conciencia y acción, que les hizo preferir comprender y darme la mano, que me alejó de ideas vanas y me llevó a nuevas conversaciones; unas buenas dosis de ese cariño que nos mantiene a salvo.

Hace unos días leía en una publicación de @Genrus, la idea de que el corazón roto no se cura, que más bien a partir de los cuidados florece uno nuevo. Y me pareció de lo más lindo pensar que juntos, sus afectos y los propios, crearon éste nuevo corazón mío. No es uno limpio, exento de errores, perfecto o eterno. Es un corazón nuevo, es curioso y atento, preparado para romperse y resurgir por lo que vale la pena<3

Así que brindo por nosotrxs! Que el 2022 te llene de pasiones, que los desafíos te transformen para bien y que siempre logres ver luz🥂

viernes, 8 de octubre de 2021

Rumba catarsis


Un llamado para comenzar el duelo.

El floreo que adorna la escena.

Jaleos que incitan las escobillas y a bailar las penas.

Contratiempo para avivar los silencios.

Palmas para acompañar y hojas de té para despedirse.


lunes, 6 de septiembre de 2021

Abrasador

Hace un año fué la última vez que hablé con mi papá. Fué la última vez que lo ví conciente y en el momento que precisaba no pude decir algo. Me lo arrebataron tan rápido. Sólo miré su espalda y sus brazos ser tomados por otros. Lo pensé y me quedé callada, decirle te veo afuera, aquí voy a estar, te quiero. Nada salió de mi boca por causa del miedo, el mismo que me acompañó por semanas. Hoy revivo ese primer día, de muchos, lleno de temor. Hoy todo mi cuerpo adolece. Tengo más de tres semanas con una contractura que parece se niega a dejarme. Mis piernas se suman a la agonía. Por días me he acostado con dolor, tanto que hasta cuestioné si sería posible despertar sin poder caminar.  El diagnóstico, es estrés. Mi cuerpo recuerda, antes que mi mente, que sufrimos un trauma. Es como si de nuevo se preparara para el golpe.



martes, 6 de julio de 2021

Spike y Equi

La historia de mi familia, se puede contar en mascotas. 

Mi mamá, fan de los gatos, admiraba las peceras. Cuidaba la convivencia de los peces, preparaba las áreas de maternidad y acondicionaba la temperatura, creaba espacios muy lindos. Mi hermano tuvo una iguana y tortugas. Siempre mordían. Las tortugas Rafael y Miguel Ángel, nombradas en honor a los ninjas adolescentes y por el color de sus marcas en el cuello. Yo, tuve hámsters y un conejo. El último de mis hámsters hizo un agujero a su jaula para entrar y salir a su disposición, cada vez que regresaba conmigo, llenaba de comida sus cachetes para escapar en cuanto me durmiera. 

Mi papá siempre prefirió a los perros. Aunque los recuerdo a todos, un buen día, llegó Spike, un cachorro de cinco meses y con una personalidad hermosa. Al año llegó Equi, con un par de años de edad y luego de vivir en el maltrato, le tomó tiempo sentirse cómoda en la familia. 

Hace tres años le dije adiós al guardián, siempre me recibía en el cerco para encaminarme hacia la puerta y viceversa. A pesar de sus dolores, ese último día no fué la excepción. Ví en sus ojos la despedida. Al salir del cerco, acaricié su frente y le dije que era el mejor perro, que lo quería y que lo extrañaría muchísimo. Dos días después mi papá me llamó para decirme que Spike ya no despertó, estuvo 14 años en mi vida. Equi se mudó con mi mamá. Se acompañó de gatitos que llegaban al patio a comer su comida y de paso a acicalar los ojitos de la viejecilla. Después de 17 años con nosotros, hace unas semanas, hubo que dormirla.

En verdad siento que se ha ido la última pieza de la vida como la conocí, ya solo quedan fotos y recuerdos. Comparto mi favorita, la tomé hace unos 10 años, Spike y Equi❤️

jueves, 21 de enero de 2021

Poker face

Todos los días, mañanas y tardes, en diferentes turnos veía los mismos rostros. Algunos me acompañaban, otros sólo pasaban, pero por 40 días los hice mis amigos. Todos los días veía como el hospital corría. Todos los días los mismos rostros y los siguientes días todos ellos cambiaron. Tres Médicos, cinco enfermeros, dos trabajadores sociales, un guardia, camilleros, todos distintos. 

No olvido el último rostro. Me recuerdo inspeccionando su mirada, su estatura, su cabello y hombros. La Médico interno para la que por más de 40 días sólo fuí un rostro en el pasillo tuvo su turno. Recuerdo su voz sostenida, hablando en una frase bien pensada, me parecía que lo practicó. Una mirada directa pero ausente. La detesté. 

La realidad es que ella fué buena, no titubeó, me dirigió y fué gentil. Es hasta hoy que pienso en su pesar, quizás fuí una más en el día o en la semana, una más a la que su rostro causaría desagrado. 



sábado, 9 de enero de 2021

Compartimos canciones


Bailan mis brazos, mis ojos y mi boca con la música. Vibran en mis piernas la rumba, el rock, la libertad. Resuena en mis oídos la melodía y recorre mi cuerpo la poesía. 
Las canciones nos llenan de brío o nos envuelven en melancolía o nos abrazan de nostalgia. Sus versos nos hacen valientes para decir lo que sentimos y muchas veces ellas saben más que yo.



No son sólo palabras

A las palabras no se las lleva el viento. Porque habitan los espacios. Porque tienen peso. Porque viajan con rumbo fijo. 

Las palabras son mágicas. Porque dos bastan para aliviar mis males y dos más para crear luz. Porque le dan vida a mis más profundos sentimientos.

Las palabras no sobran. Porque precisan mis afectos, son suficientes para que no estés lejos y le dan nombre a mis anhelos.