Con sinceridad les comparto que éste fin de año me ha resultado más duro que el anterior, me atacó una fuerte melancolía. Y es que sí, extraño mucho a mi papá y reconozco que no soy la única con pérdidas recientes, pero además unos pocos meses atrás, padecía un periodo de desesperanza y mucho coraje. Hoy sé que la medicina fué el cariño. El que me ofrecen y el que me brota. Ese cariño que transformó mis emociones en conciencia y acción, que les hizo preferir comprender y darme la mano, que me alejó de ideas vanas y me llevó a nuevas conversaciones; unas buenas dosis de ese cariño que nos mantiene a salvo.
Hace unos días leía en una publicación de @Genrus, la idea de que el corazón roto no se cura, que más bien a partir de los cuidados florece uno nuevo. Y me pareció de lo más lindo pensar que juntos, sus afectos y los propios, crearon éste nuevo corazón mío. No es uno limpio, exento de errores, perfecto o eterno. Es un corazón nuevo, es curioso y atento, preparado para romperse y resurgir por lo que vale la pena<3
Así que brindo por nosotrxs! Que el 2022 te llene de pasiones, que los desafíos te transformen para bien y que siempre logres ver luz🥂
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