martes, 6 de julio de 2021

Spike y Equi

La historia de mi familia, se puede contar en mascotas. 

Mi mamá, fan de los gatos, admiraba las peceras. Cuidaba la convivencia de los peces, preparaba las áreas de maternidad y acondicionaba la temperatura, creaba espacios muy lindos. Mi hermano tuvo una iguana y tortugas. Siempre mordían. Las tortugas Rafael y Miguel Ángel, nombradas en honor a los ninjas adolescentes y por el color de sus marcas en el cuello. Yo, tuve hámsters y un conejo. El último de mis hámsters hizo un agujero a su jaula para entrar y salir a su disposición, cada vez que regresaba conmigo, llenaba de comida sus cachetes para escapar en cuanto me durmiera. 

Mi papá siempre prefirió a los perros. Aunque los recuerdo a todos, un buen día, llegó Spike, un cachorro de cinco meses y con una personalidad hermosa. Al año llegó Equi, con un par de años de edad y luego de vivir en el maltrato, le tomó tiempo sentirse cómoda en la familia. 

Hace tres años le dije adiós al guardián, siempre me recibía en el cerco para encaminarme hacia la puerta y viceversa. A pesar de sus dolores, ese último día no fué la excepción. Ví en sus ojos la despedida. Al salir del cerco, acaricié su frente y le dije que era el mejor perro, que lo quería y que lo extrañaría muchísimo. Dos días después mi papá me llamó para decirme que Spike ya no despertó, estuvo 14 años en mi vida. Equi se mudó con mi mamá. Se acompañó de gatitos que llegaban al patio a comer su comida y de paso a acicalar los ojitos de la viejecilla. Después de 17 años con nosotros, hace unas semanas, hubo que dormirla.

En verdad siento que se ha ido la última pieza de la vida como la conocí, ya solo quedan fotos y recuerdos. Comparto mi favorita, la tomé hace unos 10 años, Spike y Equi❤️