miércoles, 27 de julio de 2022

Más que yo

Estar abrumada de emociones resultó un buen camino por andar. Hablar de mis malestares y desilusiones, me acercó a nuevas ideas. 

Lo dije en voz alta: haré algo con ésto que siento, lo sabía y no estaba sola. Mis palabras resonaron en mis personas más cercanas y su invitación a hacer, me llenó de fuerza.

Comencé a asistir a un albergue de niñas de entre 10 y 17 años, conocerlas me hace entender que estar con ellas no es casualidad y que hay mucho en lo que puedo apoyar. Abrir mis ojos y oídos al mundo, me llevó a Grafito Activo. Una escuela de comunicación popular que trabajamos en una colonia en la periferia de mi ciudad, en la zona sur este. Con personas jóvenes adolescentes que se acercan para conocer juntos otras formas de expresar y relacionarnos con el territorio.

Éstos dos proyectos me hicieron saber que nuestras historias pueden guardar propósitos y que darle dirección a lo que sentimos es una decisión que merece la pena.

Tener cerca a personas que sintonizan con tus pensamientos de hacer una diferencia, hace la diferencia. Ojalá que todxs en algún momento de la vida cuenten con un grupo, un círculo, una red, unxs amigxs, con quiénes ser, luchar y servir les represente libertad. Porque he descubierto que el amor más maravilloso es revolucionario y viene del compartir.