viernes, 26 de julio de 2024

Mi estimada pajarita

 


Mi abuelo me cuidó con un amor que no sé medir.

Creo que de él aprendí a disfrutar la comida. Sus platillos eran deliciosos pero, comer con él, verlo saborear... era especial.

Comíamos juntos y yo desde niña hago un desastre con mi plato. "Comes como pajarita"... me decía así porque dejo rastro de lo que picoteo.

Pajarita, cada mensaje que me escribía iniciaba así, con saludo introductorio tipo oficio y una mezcla de seriedad y humor que no encuentro en nadie más.

Mi abuelo y yo no éramos sangre, pero fue mi abuelo desde que nací, siendo ambos de ojos chinos nadie pudo saberlo, siempre decían: "con razón"...yo sólo sonreía.

Eran, decía, escribía. Mi persona favorita se ha ido de éste mundo y ya no voy a tener sus largos brazos para envolverme, ni su risa, ni sus saludos, ni sus sorbos al caldo. Pero me ha dejado suficiente alimento para el alma. Era y soy su pajarita.

domingo, 12 de mayo de 2024

Llegar aquí, estar aquí


Desde que tengo memoria de mi ser, me recuerdo extraña. Un bicho raro, ha sido la frase para describir mi forma de ser. Cuestionaba mucho las razones por las que debía cumplir con tantas expectativas: las de mi mamá, las de mi papá, las de mis abuelas, las de la escuela; y me molestaba no estar segura de si “yo” era porque “yo” quería ser o si se trataba de ideas de alguien más. Eso que se movía en mi interior debía convivir con el mundo exterior y me causaba conflictos. Un día me di por vencida, dejé de discutir con el mundo y las personas que me rodeaban, y tristemente lo intenté…ser la hija que mi papá esperaba y ser la mujer que mis abuelas querían. La buena noticia es que nada en mí se murió, mi persona sólo estaba atrapada. Como no me daba cuenta de lo que ese encierro estaba provocando, mi cuerpo se enfermó y me ayudó a voltear hacia el interior, hacia lo importante. Los cambios que generó despertaron un fuego, que más que arrasar con todo, me dio energía. De inicio fue el coraje lo que me atrajo a donde estoy, se transformó luego en una indignación que me permitió actuar, hacer algo al respecto. Hoy, aunque a ratos me canso de tener esperanzas, estar aquí se lo atribuyo al fuego.